La quinta estación de N.K. Jemisin
Es un mundo que se mueve mucho. Es como un anciano inquieto que yace en cama: jadea y suspira, hace pucheros y se tira pedos, bosteza y engulle. Como era de esperar, los habitantes de este mundo lo han llamado la Quietud, una tierra de tranquilidad y fina ironía.
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