Adiós, pequeño de Máximo Huerta
Lo no dicho es, en ocasiones, más importante. Porque pesa, porque no cabe por la boca, porque palpita en el silencio.
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Adiós, pequeño de Máximo Huerta
Lo no dicho es, en ocasiones, más importante. Porque pesa, porque no cabe por la boca, porque palpita en el silencio.
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Adiós, pequeño de Máximo Huerta
La vida está marcada por todo aquello que un día aparece para decirnos cómo somos.
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Una tienda en París de Máximo Huerta
El peor sentimiento no es estar solo. Es ser olvidado por alguien que tú nunca vas a olvidar.
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Adiós, pequeño de Máximo Huerta
No todo pasa. La vejez ha venido para quedarse. Y me entristezco todavía más por haberlo sabido tantos años después.
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Adiós, pequeño de Máximo Huerta
Hoy no se trata de «ames a quien ames» y esas mandangas de amor romántico. Es el día de conjugar el verbo SER. Porque antes del amor llegó el insulto, cuando ni siquiera sabíamos qué significaba. Y hemos crecido con capas de miedos y otros barnices que no solo los borraba el tiempo, sino la tranquilidad y el orgullo frente a aquellos primeros gritos.
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Adiós, pequeño de Máximo Huerta
Las noticias buenas empiezan a ser pequeñas, las malas cogen sitio en el sofá.
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Adiós, pequeño de Máximo Huerta
La inmortalidad solo reside en la infancia. Y ahora navega de aquella manera en sus recuerdos. En los restos.
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Adiós, pequeño de Máximo Huerta
La inocencia es un campo que necesita poca agua para llenarse de flores.
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Adiós, pequeño de Máximo Huerta
Envejecer es para valientes, mamá. Y tú sigues siendo una joven que se rebela ante el paso del tiempo, que no soporta pedir ayuda. Una joven que no se quiere morir.
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Adiós, pequeño de Máximo Huerta
Esto va de ir apagando luces, de acostumbrarse a perder, a despedirse.
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Adiós, pequeño de Máximo Huerta
Mientras nos que de algo de tiempo y un mínimo de salud no renunciemos al placer de conversar, a la belleza de personas y obras, a las risas con amigos, a acariciar un perro.
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Adiós, pequeño de Máximo Huerta
Soy de pueblo. Y en los pueblos la vida es como un ultramarinos donde todo sucede cerca, donde todo lo encuentras y hasta la muerte coincide con la calle de la vida por donde pasa la fiesta y la procesión. |
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Adiós, pequeño de Máximo Huerta
Un día era joven y otro, sin saber cómo ha pasado el tiempo, encargas las flores y vas al cementerio a visitar a tus muertos
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Adiós, pequeño de Máximo Huerta
Solo miro al pasado para ver si encuentro en él algunas respuestas a las preguntas que tengo en el presente.
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Adiós, pequeño de Máximo Huerta
Son días en los que el alma se apaga y las fuerzas para disimular resquebrajan la máscara del todo irá bien. Días en los que digo no puedo y días en los que no puedo; y otros en los que lamento las palabras dichas.
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Adiós, pequeño de Máximo Huerta
Mamá está construida de viento y de una realidad dura: no ha vivido lo que quiso vivir. Y, para eso, no hay más que silencio.
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Adiós, pequeño de Máximo Huerta
Nos empeñamos en pensar que la memoria es una tarta de cumpleaños que se pue de compartir, pero no es así. Hay trozos que se van a la basura y otros que nadie se come.
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La edad de la inocencia