Adiós, pequeño de Máximo Huerta
Esos sois los lectores. Habitantes de casas que hemos ido construyendo mientras nadie mira, tal vez algún abuelo; donde quedan pájaros atrapados al poner el tejado, donde duermen los gatos sin nombre, donde —ay, mamá— quedan también los orines y los corazones de tiza de dos iniciales. Eso es la obra.
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