Adiós, pequeño de Máximo Huerta
La vida se corta. No avisa al llegar y disimula al irse, si quiere. Si le apetece. La vida no toca el timbre porque tiene llaves para entrar y salir, y un día, cuando a ella le da la gana, le hace copias a la muerte. Toma, le dice. Para que te vayas. Y va. Claro que va. Y vienen Bofetón de dolor. |