Los vagabundos de Máximo Gorki
-¡Ah! ¡Qué hermoso! En aquella exclamación había más expresión y sentimiento que en la retórica de muchos poetas. Estos se extasían para sostener su reputación de hombres que comprenden la belleza, y no porque sientan el encanto sin par de la gran madre, fuente de toda vida, manantial de fuerza. |