Cosas vivas de Munir Hachemi
IV. No empieces a escribir poesía si nunca abriste los ojos debajo del agua, si nunca gritaste dentro del agua con los ojos abiertos. Tampoco empieces a escribir poesía si nunca te quemaste un dedo, lo pusiste bajo la canilla de agua y dijiste: "¡Ahhh! Esto es mejor que no haberse quemado nunca.
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