El abogado del Diablo de Morris West
Habían muerto y estaban juzgados hacía mucho tiempo, lo mismo que él moriría y sería juzgado pronto. Todo el resto era apéndice, post scriptum y dispensable. No les conmovería un nuevo culto, una nueva peregrinación, una misa nueva en la liturgia. Blaise Meredith, sacerdote, filósofo, canonista, podría trabajar doce meses o doce años en sus registros sin agregar ni un ápice a su felicidad ni una sola pena a su condenación. |