Las cosas de Federico de Mónica Rodríguez Suárez
A ratos, Federico mira a la niña rubia y la ve absorta, con la boca abierta, conmovida o riendo y se da cuenta de que es la primera vez que escucha su risa. La niña no piensa en su pobreza ni en sus hermanitos muertos. Solo el guiñol existe.
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