Mónica Ojeda responde a las preguntas de Babelio sobre su escritura y su última novela Mandíbula
¿Por qué y para qué escribir?
Porque a través de la escritura dilato el tiempo y la intensidad de determinadas experiencias. Es decir, escribo para expandir la intensidad.
Antes de publicar Mandíbula, sacaste Nefando, novela en la que tratabas un tema tabú como la deep web ¿Cómo sentiste el recibimiento de esta novela en España y en tu país al tratar un tema tan fuerte o controversial?
Creo que la gente que leyó Nefando en España y en Ecuador entendió bastante bien de qué iba la cosa: no era una exploración de temas tabús con la mera intención de provocar, sino con el fin de indagar zonas opacas del lenguaje, del deseo, de la violencia y del daño. La recepción fue muy buena precisamente por eso, aunque sí que hubo dos o tres personas que se ofendieron por cómo abordé ciertos temas.
Gracias a estas dos novelas formas parte del grupo Bogotá 39, que agrupa a los escritores latinoamericanos menores de 40 años más significativos en la actualidad. ¿Qué rescatarías de este grupo?, ¿cuál crees que sea su aporte para la literatura o su marca?
Toda lista es imperfecta e incompleta, pero aún así pienso que muchos de los que estamos allí tenemos un trabajo honesto y arriesgado en nuestros textos. Eso es lo que podemos aportar, igual que otros tantos que no están ahí.
¿De dónde nace una novela que habla de miedo, amor, desamor, violencia e intriga como Mandíbula?, ¿cuál es su germen?
Estaba obsesionada con meterme de lleno en el miedo como emoción primordial, pero a través de las relaciones pasionales, prohibidas y marginales. Entonces supe que quería escribir sobre el deseo entre mujeres: madres, hijas, hermanas, mejores amigas. Hay mucho horror en el mundo represivo en donde se educan muchas mujeres, por eso escogí de escenario un colegio de élite opus dei.
En Mandíbula, todos los personajes son femeninos ¿a qué responde esto?
Precisamente a lo que te conté arriba. Quise echarle mano a las narrativas de lo femenino monstruoso o a lo ominoso y al horror que puede haber en la sexualidad de las mujeres.
En esta novela se explora mucho el miedo ¿cómo defines esta sensación?, ¿qué te produce miedo?
Muchísimas cosas. La primera: la palabra. La escritura me da miedo y a la vez me atrae. Mi relación con ella es siempre una que parte desde lo sublime. Hay algo atractivo, casi seductor en el miedo. Quise estudiar un poco esta emoción y adentrarme en cómo nos definimos respecto a ella. El miedo nos paraliza, sí, pero también es capaz de impulsarnos a tomar acción. En ambos casos hay peligro de por medio porque revela en nosotros lo que tenemos de salvaje e indomesticado.
¿Cómo fue el proceso de escritura de esta novela?, ¿a qué recurres cuando escribes?
Mi proceso de escritura es la maduración de una obsesión. Antes de sentarme a escribir tengo que haber dejado crecer eso que me conmociona en mi cabeza. Una vez que lo siento lo suficientemente grande y vivo, entonces me lanzo a la escritura. No soy una escritora de esquemas. Confío en mi instinto y en mi capacidad de armar una estructura narrativa sólida sobre la marcha. Mi proceso, además, tiene que ser así porque entiendo la escritura como un lugar de revelaciones y, para que algo se me revele de verdad, tengo que explorar en lo oscuro, como una niña que se resiste a encender la luz y pasea por su habitación. Entonces palpo las cosas y me las imagino. Las dilucido. Me invento una luz más real: la de mi conciencia.
Hay mucho de poético en tu narrativa ¿cuál o cómo es tu relación con la poesía?
La poesía es lo único que me importa de la literatura. Quiero decir que todo está en función al carácter poético de una novela: el argumento, los personajes, las metáforas, los símbolos. Todo me resulta un pretexto para llegar a la poesía. Narro con plena conciencia de que una novela puede ser un poema.
Ampliando la primera pregunta ¿por qué y para qué escribir sobre situaciones extremas?
No le veo sentido a escribir si no es para alcanzar una intensidad que en el tiempo real se nos escurre siempre de las manos. Lo extremo colinda con ese interés que tengo en dilatar lo intenso. Supongo que tengo hambre de adrenalina, pero también ganas de hundir el dedo en mis llagas y probarlas y saber a qué saben. Suena sórdido, supongo, aunque en realidad no es más que un instinto muy básico que tenemos todos y que lo expresamos de distintas maneras.
Tras el éxito de tus dos últimas novelas publicadas por Candaya, eres una de las pocas figuras ecuatorianas que se conocen fuera de su país ¿cómo ves la difusión de la literatura ecuatoriana como autora?
Pienso que estamos en un buen momento, y no sólo lo digo por mí, sino por la literatura de María Fernanda Ampuero, Gabriela Alemán y Mauro Javier Cárdenas, por nombrarte a unos pocos que son leídos en España. No sé si esto signifique que a partir de esto se leerán a más escritores ecuatorianos, o si sólo nos quedaremos con estos nombres. Nuestra literatura sigue siendo una de las grandes desconocidas, lamentablemente.
Mónica Ojeda y sus lecturas
¿Qué libro te incentivó a escribir?
El obsceno pájaro de la noche de José Donoso y La mujer desnuda de Armonía Somers.
¿Qué autor te pudo provocar dejar de escribir? (por su calidad indiscutible)
Siempre me pregunto qué más se puede escribir después de Moby Dick . Así que te diré que Melville.
¿Cuál fue tu primer gran descubrimiento literario?
Marosa di Giorgio.
¿Qué libro relees con frecuencia?
Zurita de Zurita y El libro de las preguntas de Edmond Jabès.
¿Qué libro te da vergüenza no haber leído aún?
En busca del tiempo perdido de Proust.
¿Quién es el diamante literario que harías descubrir a nuestros lectores?
Alejandro Morellón, pero ya lo descubrió el Premio García Márquez de cuento hace varios meses.
¿Qué clásico de la literatura consideras que ha sido sobrevalorado?
Oliver Twist de Dickens.
¿Tienes una cita literaria de culto?, ¿cuál es?
« Caballo sea la noche» del gran Roy Sigüenza.
¿Qué estás leyendo actualmente?
Los cuerpos del verano de Martín Felipe Castagnet.
Descubre
Mandíbula de Mónica Ojeda publicado por
CandayaLA NUEVA NOVELA DE LA AUTORA FINALISTA AL NATIONAL BOOK AWARD por Mandíbula
Seleccionada por la revista Granta como una de los 25 mejores narradores jóvenes en español
«Mónica Ojeda es un fulgurante sol negro en la carta astral del terror contemporáneo». Fernanda Melchor
«En esta novela Mónica Ojeda invita a un festival andino retrofuturista en la montaña. Psicodelia, volcanes, desintegración. Y luego el lenguaje que arde y nada es lo que parece. Seguirla en este viaje es, sin duda, una experiencia intensa». Mariana Enriquez
#MonicaOjeda #ChamanesEléctricosEnLaFiestaDelSol
Ficha de «Chamanes eléctricos en la fiesta del sol»: https://www.penguinlibros.com/es/literatura-contemporanea/338774-libro-chamanes-electricos-en-la-fiesta-del-sol-9788439742999
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