Próxima estación de Mónica Gutiérrez
A oscuras, muerta de frío, de sueño, de hambre y del cansancio de los aeropuertos, me pregunté por enésima vez por qué me gustaba viajar. Conocer mundo estaba bien, contemplar el patrimonio artístico de otras culturas era un privilegio, pero trasladarse hasta el interesante destino resultaba, el mejor de los casos, incómodo.
|