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Calificación promedio: 5 (sobre 5 calificaciones)
/Me encanta escribir para niños. Siempre parto de asuntos de la vida cotidiana: la familia, la escuela, la naturaleza… y normalmente escribo historias realistas con las que puedan identificarse. Además, los niños están en contacto con la poesía prácticamente desde que nacen, a través de las nanas, las cantinelas de juegos, etc… Aprecian y disfrutan del universo mágico de la palabra, pero ese vínculo se va diluyendo según avanzan en las etapas escolares. Por eso, en mis obras infantiles mezclo tipologías textuales, de manera que ellos perciban un cambio, un viraje estético que les estimule. La incorporación de oralidad y de elementos poéticos a la prosa es uno de mis rasgos de estilo. En cuanto a la literatura juvenil, también combino distintos tipos de textos, pero las dosis de fantasía y misterio están mucho más presentes. Los protagonistas suelen ser jóvenes que quieren dar un sentido a su vida, idealistas activos.
La estructura del libro se basa en dos ejes, el de los relatos de una niña y los relatos de una mujer madura. Dichos episodios se van turnando, de manera que se establece una especie de hilo cronológico de la vida de una persona. Además, como se repiten algunos elementos (lugares, animales, personajes, símbolos…), se crea una amalgama de resonancias que produce verosimilitud. El contenido es amplio y abarca temas como la decadencia y las crisis personales, la amistad, la traición, el desamor, las huellas de la educación y de los modelos familiares… Son innumerables.
Sobre la hoguera, parafraseando un dicho popular, diríamos que «de aquella quema, estas cenizas». En mi novela Un ojo de cristal (Pamiela, 2013) comparaba la escritura con cuidar de un jardín. Pero cuidar de la tierra requiere también limpiarla, quemar rastrojos, y de ahí el título Quema de huesos; es decir, la transformación de los recuerdos, sueños, anécdotas, reflexiones, sucesos, etc. mediante el proceso de escritura. Finalmente, una vez que la fogata expira, las cenizas deben ser aprovechadas: en un plano real, se utilizan para nutrir la tierra; simbólicamente, para alimentar la obra. El proceso de «quema» es el proceso de elaboración literaria que da como resultado una energía, el propio empoderamiento como mujer y como escritora.
A la hora de componer el libro, me planteé tres premisas básicas: atender a las motivaciones autobiográficas aunque el retrato resultante no fuera fiel a la realidad; buscar temas que me ayudasen a entrar en el terreno de las emociones de los lectores; e intentar dilatar el concepto clásico de cuento. También hice un esfuerzo por huir del sentimentalismo y por evitar cualquier tentación cosmética, es decir, de usar ornamentación hueca. Al mismo tiempo, he respetado mis rasgos de estilo: el uso de recursos poéticos, el gusto por las descripciones, las referencias metaliterarias, la intertextualidad con parte de mi obra, etc…
Los relatos se me pegan incluso cuando están en imprenta y seguiría retocándolos sin fin. Soy una adicta a las correcciones. Una vez de que están en la calle, hacen su camino independientemente de una. Algunos de los temas del libro los he trabajo también en el poemario Cómo guardar ceniza en el pecho (Bartleby, 2021). Con estos libros cierro un ciclo literario y vital.
Autotraducirse tiene la gran ventaja de tomarse todas las licencias necesarias para redondear lo que, involuntariamente, no quedó bien concluido en la versión original. Al ser la autora, sé qué sentido quería darle a tal o cual expresión, y eso es esencial. Surgen dificultades, porque toda traducción tiene algo de inabarcable, pero se trata de buscar alternativas que hagan que la atmósfera en la lengua de llegada sea envolvente y natural.
Una alegría y un honor, y no solo para mí, ya que he percibido en mi entorno un orgullo general que es impagable. Escribir en una lengua minorizada es un acto de reafirmación en varios sentidos: es un acto de amor, ya que coinciden el sentimiento familiar y el cariño hacia mis raíces territoriales. Es también un acto de compromiso con mi sociedad y con mi tiempo para avivar el aliento del euskera, la lengua más antigua de Europa, y contribuir a que perviva como un bien cultural universal en convivencia con otras lenguas. Es un acto ecológico, por ayudar a frenar su disolución en la nebulosa de la globalidad. Es un acto de estética, ya que pone al servicio de los demás la palabra artística. Es también un acto de feminismo que apuesta por transmitir cuestiones vistas desde la óptica de las mujeres. Y por último, es un acto de renovación consistente en trabajar la literatura desde la propia concepción de la literatura.
He terminado dos nuevos episodios de la serie infantil Katta (un ardilla y sus amigos con los que los primeros lectores se divierten mucho). Mi proyecto literario, aparcado por las circunstancias, es una novela juvenil con saltos al pasado donde me gustaría recuperar la figura de una curandera vasca del siglo XVI, Martija de Jauregi, cuyo rastro se perdió en Navarra.
Han sido libros distintos en cada época, pero digamos que tengo dos margaritas básicas, la Yourcenar y la Atwood.
Jane Eyre. Lo leí a los trece años y fue una puerta que me abrió al mundo de la literatura adulta.
Ninguno por entero; picoteo en varios, normalmente libros de poesía.
El infinito en un junco, pero se lo he regalado a mi hijo y enseguida me lo pasa.
Varias autores vascos. Un ejemplo, Miren Amuriza, autora de la novela Basa (Consonni, 2021). También los poemarios Tú no morirás, del catalán Eduardo Moga y Cuaderno de invierno, de José Luis Cancho.
No lo sé. No he leído tantos como para juzgar eso.
Soy una gran aficionada a las citas. En todos mis libros incluyo bastantes. Una que se me ocurre ahora: «No se puede vivir la vida si se la evita» (Virginia Woolf).
La comedora de pecados, de Megan Campisi, una novela que espero que me inspire para mi próximo proyecto.
Descubre Quema de huesos de Miren Agur Meabe, publicado por Consonni. :
Entrevista realizada por Lucía Moscoso Rivera
Conversamos con la escritora vasca Miren Agur Meabe acerca de su libro de relatos Quema de huesos, publicado por editorial consonni. ¿Dónde comprar la revista? | https://bit.ly/3cBuPqO Toda la cultura reunida en | https://mascultura.mx/ Facebook | @MasculturadelibreriasGandhi | https://www.facebook.comRevistaleemas Twitter | @revistaLeemas | https://twitter.com/revistaLeemas Instagram | @revistaleemas | https://www.instagram.com/revistaleem.. . Desde el Librero en: Spotify | https://spoti.fi/3AP5AeF Podcasts de Apple | https://apple.co/3F0h15W
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Quema de huesos de Miren Agur Meabe
- Tu comida es excelente, Rita, pero me paso la noche soñando con hombres.
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Quema de huesos de Miren Agur Meabe
El mar. Alguien dijo que la línea del horizonte no era totalmente recta.
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Quema de huesos de Miren Agur Meabe
Aún era demasiado pronto para saber que no es tan raro que los amigos fallen, tanto los que tenemos por incondicionales como los mediocres. El reverso de la confianza es el desengaño, siempre cruel.
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Quema de huesos de Miren Agur Meabe
Las enfermedades de los nuestros nos atemorizan porque sabemos que deberemos superarlas junto a ellos.
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Quema de huesos de Miren Agur Meabe
Seremos amigos. Estoy abierta a aceptar el encanto de los bombones y de los perfumes: no soy de hielo.
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Quema de huesos de Miren Agur Meabe
En las páginas leídas, en las páginas escritas, sobre la piedra y sobre la ceniza escribo tu nombre.
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Quema de huesos de Miren Agur Meabe
La vida a veces nos da de comer tarta rancia. Hay quien la escupe y hay quien se la traga.
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Quema de huesos de Miren Agur Meabe
También nosotros tenemos la capacidad de saltar sobre lazos de sangre, razones morales, humanidad y honor con tal de salir victoriosos de nuestras disputas.
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