Tres abuelas y un plan de sabotaje de Minna Lindgren
La vida en el apartamento inteligente era muy graciosa si se sabía adoptar una actitud abierta ante las sorpresas que deparaban las máquinas. Ir al frigorífico, por ejemplo, siempre suponía una gran aventura. Nunca se podía estar seguro de cuánto sabía la nevera.
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