Cocinar un oso de Mikael Niemi
Selma me dio otro libro. Lo envolví en mi camisa y lo llevé cerca del corazón como si sujetara un bebé. Aunque estaba cerrado, podía de vez en cuando sentir sus patadas.
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Cocinar un oso de Mikael Niemi
Selma me dio otro libro. Lo envolví en mi camisa y lo llevé cerca del corazón como si sujetara un bebé. Aunque estaba cerrado, podía de vez en cuando sentir sus patadas.
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