El maestro y Margarita de Mijail Bulgakov
Bueno —respondió aquél pensativo—, son hombres como todos… Les gusta el dinero pero eso ha sucedido siempre… A la humanidad le ha gustado siempre el dinero, sin importarle de qué estuviera hecho: de cuero, de papel, de bronce o de oro. Bueno, son frívolos…, pero ¿y qué?…, también la misericordia pasa a veces por sus corazones… Hombres corrientes, recuerdan a los de antes sólo que a éstos les ha estropeado el problema de la vivienda… —y ordenó en voz alta—: Póngale la cabeza.
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