Herencia de Miguel Bonnefoy
Deambuló mucho tiempo por las altas mesetas de la senilidad, sin quejarse, solamente obnubilada por pesadillas mudas, sumida en el desorden de sus esperanzas, en los repliegues de sus horas vacías, hasta aquella noche de diciembre en que se convenció de que su desgracia familiar provenía de las armas.
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