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Los ensayos de Michel de Montaigne
En la escuela del trato de los hombres he notado con frecuencia el vicio de que en lugar de adquirir conocimiento de los demás, solemos tender a darlo nuestro y nos inquieta más vender nuestra mercancía que comprar otra nueva. Pero el silencio y la modestia son cualidades muy ventajosas en la conversación. Se acostumbra al niño a ser ahorrativo y administrador de su capacidad cuando la haya adquirido y a no enojarse con las necedades y fábulas que en su presencia se digan, porque es importuno e incivil chocar con todo lo que no es de nuestro acuerdo. Instrúyasele en rendir las armas a la verdad en cuanto la reconozca, ya venga de manos de su adversario, ya nazca en él mismo pensando las cosas mejor. |