Al filo del agua de Mía Martín
(...) "Comprendió que jamás sería una buena hija para su padre, ni tampoco una buena esposa para su futura familia porque ella ya tenía dueño. Uther era su cielo y el sol, las estrellas y cada cuerpo celeste que iluminaba el firmamento, las cuatro estaciones que conforman la vida y cada uno de los elementos que dan origen a la materia; el agua y la tierra donde reposar, el aire cuando quisiera escapar, la madera y el metal que forjan los sueños y el fuego que los devora.
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