Finnikin de la roca de
Melina Marchetta
—Todo el mundo tiene un nombre, Finnikin. No puedes llamarle simplemente niño o muchacho. Se llama Froi. —El ladrón de Sarnak abrió la boca para decir algo, pero Evanjalin alzó un dedo para silenciarle—. Puedo venderte con la misma facilidad con la que te compré —le advirtió con voz helada.
—No le compraste, le robaste —apuntó Finnikin.
—He cambiado las condiciones de su contrato de propiedad —le dijo a Sir Topher sin hacer caso a los demás—. Como vos mismo dijisteis una vez, he establecido unas nuevas.
Finnikin tuvo muy claro que fuera lo que fuera lo que Sir Topher hubiera dicho en el pasado, se arrepentía de ello.