Acontecimientos de la irrealidad inmediata / la guarida iluminada de Max Blecher
Yo me pasaba la mayor parte de las tardes fuera del sanatorio, de paseo con el cochecito. Me daba mucha pena no poder levantarme de la camilla para acariciar al caballo. Me ligaba a él una amistad indirecta gracias a un amigo que le daba el azúcar que yo llevaba para él en el carrito.
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