Arsène Lupin contra Herlock Sholmès de Maurice Leblanc
Sholmès no pudo evitar el sonreirse y admirarle. iQué desbordamiento de vida! ¡Qué alegría juvenil y espontá- nea! ¡Y cómo parecía divertirse! Se hubiera dicho que la sensación de peligro le causaba una alegría física, y que la existencia no tenía para este hombre extraordinario otro fin que la búsqueda de peligros para gozar conjurándolos.
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