El monje de Matthew G. Lewis
Consciente de que entre las que cantaban las alabanzas de Dios tan dulcemente había algunas que cubrían con la devoción los pecados más impuros, la hipocresía de sus cánticos le inspiraba repugnancia. Hacía tiempo que observaba con desaprobación y desprecio la superstición que dominaba a los habitantes de Madrid.
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