Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
Contemple a mi víctima, y el corazón se me inflamó de júbilo y regocijo infernal.
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Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
Contemple a mi víctima, y el corazón se me inflamó de júbilo y regocijo infernal.
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Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
Al cabo de días y noches de labores y fatigas increíbles, conseguí descubrir la causa de la generación y la vida. Más aún, yo mismo fui capaz de animar la materia muerta.
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Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
El objeto de mis estudios era todo lo que resulta mas intolerable a la sensibilidad de los seres humanos. Vi como se degradaba y consumía la hermosa forma del hombre. Contemplé cómo disipada la corrupción de la muerte los colores saludables de la vida. Vi cómo heredaba el gusano las maravillas del ojo y el cerebro.
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Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
Hay algo que sucede en mi alma que no comprendo. Soy un hombre eminentemente práctico, un trabajador que realiza su tarea con perseverancia y dureza, pero, más allá de eso, existe en mí el amor por lo maravilloso, una fe en lo maravilloso presente siempre en todos mis proyectos, que me aleja de los senderos que todos toman y me empuja hacia el océano salvaje y las regiones inhóspitas que voy a explorar.
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Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
Estas reflexiones han disipado la agitación con la que empecé mi carta y siento arder mi corazón con un entusiasmo que me eleva al cielo, pues no hay nada que tranquilice la mente como el hecho de tener una meta clara, un objetivo en el cual el alma pueda fijar su parte intelectual.
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Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
Era bueno y la desgracia me hizo un malvado: hazme feliz y volverá a mí la virtud.
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Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
Aunque sea solo un cúmulo de infelicidad, la vida me es querida y la defenderé.
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Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
Ahora tengo 28 años y, en realidad, soy más ignorante que un estudiante de 15. Es cierto que he reflexionado más, y que mis sueños son más ambiciosos y grandiosos, pero, como dicen los pintores, necesitan armonía: y por eso me hace mucha falta un amigo que tenga el suficiente juicio para no despreciarme como romántico y el suficiente cariño hacia mí como para intentar ordenar mis pensamientos.
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Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
¡Qué extraña naturaleza la del saber! Se aferra a la mente, de la cual ha tomado posesión, como el liquen a la roca. A veces deseaba desterrar de mí todo pensamiento, todo afecto; pero aprendí que sólo había una manera de imponerse al dolor y esa era la muerte, estado que me asustaba aunque aún no lo entendía.
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Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
Mas, si bien los desdichados pueden aprender a resignarse, ¡no hay paz posible para los culpables! Las torturas del remordimiento envenenan hasta la tranquilidad que, a veces, procura una tristeza infinita.
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Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
La vida, aunque solo ser un cúmulo de angustias, es muy querida para mi y voy a defenderla
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Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
Cuidado porque no tengo miedo y por lo tanto soy poderoso
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Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
Todos los jueces prefieren condenar a diez inocentes antes de que se escape un culpable.
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Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
Yo era bueno y cariñoso; el sufrimiento me ha envilecido. Concededme la felicidad, y volveré a ser virtuoso.
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Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
Afirman que sir Isaac Newton manifestó sentirse como un niño examinando conchas en la orilla del vasto e inexplorado océano de la verdad
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He visto cosas que no creeríais de Mary Shelley
El único cuento sobre la robótica como causante de sociedades distópicas es «Una esposa hecha por encargo», de la desconocida Alice W. Fuller, un relato satírico, muy interesante porque anticipa la inteligencia artificial y los usos domésticos del robot, y los incorpora al debate por los derechos de la mujer.
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Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
Yo era afectuoso y bueno, y la aflicción me ha convertido en demonio. Haz que sea feliz, y seré virtuoso otra vez.
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¿Qué objetousaron como traslador en el Mundial de Quidditch?