Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
Los acontecimientos que influyen decisivamente en nuestros destinos a menudo tienen su origen en sucesos triviales.
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Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
Los acontecimientos que influyen decisivamente en nuestros destinos a menudo tienen su origen en sucesos triviales.
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Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
Cuántas cosas estamos a punto de descubrir si la cobardía y la dejadez no entorpeciera nuestra curiosidad.
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Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
¡Ay! ¿Por qué se jacta el hombre de poseer unas sensibilidades superiores a las que se aprecian en las bestias, si no sirven más que para volverlo más dependiente? Si nuestros impulsos se limitaran al hambre, la sed y la concupiscencia, podríamos ser casi libres; pero ahora nos mueve cualquier viento que sopla y cualquier palabra casual, o la imagen que nos transmita dicha palabra.
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Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
Ahora tengo 28 años y, en realidad, soy más ignorante que un estudiante de 15. Es cierto que he reflexionado más, y que mis sueños son más ambiciosos y grandiosos, pero, como dicen los pintores, necesitan armonía: y por eso me hace mucha falta un amigo que tenga el suficiente juicio para no despreciarme como romántico y el suficiente cariño hacia mí como para intentar ordenar mis pensamientos.
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Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
Yo era afectuoso y bueno, y la aflicción me ha convertido en demonio. Haz que sea feliz, y seré virtuoso otra vez.
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Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
Si no puedo inspirar amor, desencadenaré el miedo.
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Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
Ay!, Víctor, cuando la falsedad puede adoptar la apariencia de verdad, ¿quién puede estar seguro de alcanzar alguna felicidad? Siento como si caminara por el borde de un precipicio, hacia el que se agolpan miles de personas y pugnan por arrojarme al abismo.
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El mortal inmortal de Mary Shelley
¡La muerte! ¡Esa hostil y enigmática amiga de la débil humanidad!
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Mathilda de Mary Shelley
En verdad, estoy enamorada de la muerte; ninguna doncella disfrutó más al contemplar su traje de novia que yo al imaginar mi cuerpo envuelto ya en su sudario. ¿Acaso no es mi traje nupcial?
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Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
Deseaba el amor y la amistad, pero me eran cotidianamente negados ¿No es esto una cruel injusticia? ¿Debo, acaso, ser considerado como el único criminal, cuando todos los humanos han pecado contra mí? ¿Por qué no desprecia usted a Félix que me arrojó de su lado con horror y asco? ¿por qué no maldice al campesino que disparó sobre mí que acababa de salvar la vida de su hija? ¡No, para usted ellos son seres llenos de pureza! Yo, el miserable, el proscrito, soy tan solo un monstruo hecho para ser golpeado e injuriado.
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Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
Me convencía a mí mismo de que cuando llegaran a conocer la admiración que sentía yo por sus virtudes, tendrían compasión de mí y pasarían por alto la deformidad de mi persona.
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Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
Cuidado porque no tengo miedo y por lo tanto soy poderoso
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Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
Cuántas cosas estamos a punto de descubrir si la cobardía y la dejadez no entorpeciera nuestra curiosidad.
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Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
¿Era entonces un monstruo, un error sobre la Tierra, un ser del que todos los hombres huían y a quien todos los hombres rechazaban?
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El mortal inmortal de Mary Shelley
la paz de la tumba, el profundo silencio del sepulcro revestido de hierro, los pensamientos dejarían por fin de martillar en mí cerebro, y mi corazón ya no latiría más con emociones que solo saben adoptar nuevas formas de tristeza.
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Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
"Pará estudiar las fuentes de la vida, debemos recurrir en primer lugar a la muerte". (Shelley, 2014, pág.71)
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Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
¿Por qué alardeará el hombre de tener una sensibilidad superior a la que demuestra poseer el bruto? Ella no hace más que aumentar sus necesidades. Si nuestros impulsos estuvieran limitados al hambre, la sed y el deseo, podríamos ser casi libres. Ahora, en cambio, somos arrastrados por el primer viento que sopla y por una palabra casual, o por las perspectivas que esa palabra nos abre.
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Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
¡Con qué facilidad varían nuestros sentimientos y qué extrañamente nos aferramos a la vida en momentos de desesperación!
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Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
Si no puedo inspirar amor, desencadenaré el miedo.
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Gregorio Samsa es un ...