Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
¡Ay! Acerté en mi vaticinio, errando sólo una circunstancia: con todas las desgracias que imaginé y temí, no concebí ni la centésima parte de la angustia que estaba destinado a soportar.
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Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
¡Ay! Acerté en mi vaticinio, errando sólo una circunstancia: con todas las desgracias que imaginé y temí, no concebí ni la centésima parte de la angustia que estaba destinado a soportar.
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