Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley
Ahora tengo 28 años y, en realidad, soy más ignorante que un estudiante de 15. Es cierto que he reflexionado más, y que mis sueños son más ambiciosos y grandiosos, pero, como dicen los pintores, necesitan armonía: y por eso me hace mucha falta un amigo que tenga el suficiente juicio para no despreciarme como romántico y el suficiente cariño hacia mí como para intentar ordenar mis pensamientos.
|