La hija del coronel de Martín Casariego
... sabía que ella poseía corazón de mujer, pues ya una vez había sido testigo de cómo acudían presurosas a sus ojos lágrimas que, sin comprenderlas del todo, o sin creer en su total sinceridad, le habían enternecido. Por un perro. Había llorado por un perro. ¿Lloraría por un hombre?
|