El color de la luz de Marta Quintín Maza
Aquí todo se vive como si fuéramos a morir mañana. De hecho, muchos de mis compañeros han estado hasta hace no mucho combatiendo en el frente, en sus respectivos países, y ahora, de vuelta en París, solo quieren apurarlo todo de un trago y hasta el final. Por eso las noches se alargan. Por eso se ama tanto y atolondradamente. Por eso se contraen dudas. Por eso se llevan desgastadas las coderas.
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