No hay sombra sin luz de Marta González-Adalid
Y cuánto deseo que vuelva a ocurrir, que se vuelva a presentar la ocasión en que mi alma se desgarre y pueda romper mi grito en el aire. Y cuánto deseo perder el control de mí misma y abandonarme consumida al traqueteo de un vagón perdido en el tiempo, y no ser persona, y sí bestia. |