El cielo según Google de Marta Carnicero
Cada cual busca salvarse a su manera. Yo paso horas viajando desde un cuarto iluminado por la luz de una pantalla. Mi madre escribía, y me consta que hubo una época en que esos pequeños desastres domésticos como la cama deshecha o los platos apilados en el fregadero le resultaban tolerables si podía sacar tiempo para entregarse a la urgencia que la reconcomía por dentro. La única manera de explicarse lo que vivía era envolviéndolo con palabras, destilando la angustia que la desbordaba para transformarla
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