Bajo El Espino: Los Ninos de La Hambruna de Marita Conlon-McKenna
—Está bien, encanto —la consoló mamá—. Era demasiado débilpara quedarse en este mundo tan duro. Mírala. ¿No te parece una ne-na encantadora ahora que al fin pudo descansar?La bebé estaba muy quieta, como si estuviera dormida.
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