El juego de la inocencia de Marisa Sicilia
"—Os voy a amar siempre. Hélene sonrió en sus brazos. —Yo también os voy a amar siempre. —Entonces nada podrá separarnos Y no es que fuera una promesa, se trataba más bien de un acto de fe. Después de todo Hélene y Louis estaban enamorados. Y no existe religión más fiel y perdurable que la que nace del amor." |