Diálogos en el Perú de Mario Vargas Llosa
Nada me parece más ridículo que el prestigio, que es algo que nunca me ha despertado respeto ni mucho menos codicia. Creo que jamás me llegaré a sentir realmente importante, eso es algo que está en contra de mi naturaleza. Además, ser importante es una manera de perder la libertad, es asumir una imagen a la que tienes que subordinar tus actos, tus comportamientos y hasta tus ideas. Soy una persona tan visceralmente necesitada de libertad que ese tipo de condicionamientos no lo podría resistir. Yo necesito tener una gran libertad, porque de no ser así no podría escribir.
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