La melancolia de los feos de Mario Mendoza
En un error de interpretación grave, el inglés Richard Blackmore, en el siglo XVIII, rebautizó este estado de ánimo y lo llamo depresión. De allí en adelante perdimos una lectura importante de uno de los estados de la psique más trascendentales: la melancolia, que nos conduce al arte, a la astronomía, a la religión, a la poesía. A eso se refería el grabado de Durero. No somos más que una miserable especie extraviada en medio del universo que no terminamos por comprender a cabalidad.
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