Mañana es el día siguiente de Mario Marín es una novela poco convencional a la que es difícil llegar a la página cuarenta si no viene recomendada por Marta Marne (Leer Sin Prisa) o te fijas muy bien en el párrafo inicial: «Esto me ocurrió hace solo un año. Me embarbasqué sin freno. Y en cualquier momento vendrán y me llevarán. Estaré en la terraza, viendo algún catálogo de los van Eyck, o de Botticcelli, o de Ribalta. Entrarán con un ariete gritando que al suelo y me dejaré coger». No sé a vosotros, pero una novela con tempo lento, que va hablando de cómo se va organizando una huerta no acaba de atraerme. Y eso es lo que sucede en esas primeras cuarenta páginas, pero con una salvedad: sabes que tiene que suceder algo, algo muy gordo. Además, el registro literario del autor me ha parecido exquisito. Utiliza en muchos momentos lenguaje coloquial que le da una fuerza brutal al texto y lo impregna de realidad y lo utiliza como nunca antes lo había leído. Es para poner de ejemplo en clase de narrativa de cómo utilizar el lenguaje coloquial al escribir un texto. Todo ello consigue que la historia te atrape y tengas ganas de saber que pasará. Pasadas esas cuarenta primeras páginas has cruzado la línea de no retorno. Y pasa algo gordo. En ese momento, las raíces de la novela te tocan de lleno, incluso consigue que hagas un ¡aj! de repulsión. El autor razona o más bien el personaje nos explica cómo ha llegado a ese punto, y logra convencerte. Y te miras a ti. Incluso vas al espejo y te miras juntando casi nariz con nariz, y te preguntas: ¿me podría pasar a mí? Y tienes miedo de contestar porqué sabes la respuesta. SEGUIR LEYENDO EN EL ENLACE Enlace: http://crucesdecaminos.blogs.. + Leer más |