Objetivo: Codony de Mario Gómez Giménez
Es aterrador porque, de pensar eso, tendría esperanza. La esperanza es peligrosa, puede llevar a la desolación y a la depresión.
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Objetivo: Codony de Mario Gómez Giménez
Es aterrador porque, de pensar eso, tendría esperanza. La esperanza es peligrosa, puede llevar a la desolación y a la depresión.
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Objetivo: Codony de Mario Gómez Giménez
Tu mentalidad es demasiado progresista para el conservadurismo que se respira aquí
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Objetivo: Codony de Mario Gómez Giménez
Entendimos que no se puede jugar a ser Dios con el tiempo y que la mejor vía para conseguir un mundo mejor era crear uno nuevo sobre uno derrumbado.
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Objetivo: Codony de Mario Gómez Giménez
La esperanza es peligrosa, puede llevar a la desolación y a la depresión.
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Objetivo Codony de Mario Gómez Giménez
Comprendí que nunca habría un mundo mejor sin derramamiento de sangre
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Objetivo Codony de Mario Gómez Giménez
Un inspector de policía no puede permitirse el lujo de no creer en las casualidades o en las coincidencias.
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Objetivo: Codony de Mario Gómez Giménez
A ver... Cosas que no echo de menos del antiguo mundo: el tráfico de Barcelona, el reguetón, la política, el dinero, el hijo del vecino tocando la flauta, la cerveza Cruzcampo, el tabaco, Bertín Osborne, el brócoli, la última trilogía de Star Wars...
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Objetivo Codony de Mario Gómez Giménez
¿Cómo es posible que el ser humano cometa el mismo error tantas veces?
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Objetivo: Codony de Mario Gómez Giménez
Pero con los años fui madurando, observando los eventos históricos y aprendiendo lo más improtante que hay que conocer del ser humano: nunca aprende de sus errores, es egoísta por naturaleza y un ser destructivo que solo piensa en su propio beneficio.
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Objetivo: Codony de Mario Gómez Giménez
¿Cómo es posible que el ser humano cometa el mismo error tantas veces? ¿Es que tiene que tropezar con todas las piedras que hay en el camino? ¿No puede encontrar una con la que haya aprendido y la logre esquivar sin caerse?
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El único hombre vivo de Mario Gómez Giménez
En busca de un lugar donde poder trabajar juntos con un único fin: la búsqueda de la verdad. |
El único hombre vivo de Mario Gómez Giménez
Desde la parte más alta de la plaza Cataluña, podíamos ver cientos de cuerpos derribados por todas partes, acompañados de charcos de sangre en el suelo. Algunos cadáveres yacían en las fuentes. Otros, acribillados a tiros en la base del tronco de los árboles. Era una masacre.
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El único hombre vivo de Mario Gómez Giménez
Algo estremecedor que íbamos a recordar siempre y nos iba a atormentar toda la vida.
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El único hombre vivo de Mario Gómez Giménez
Pusimos la sirena en marcha, giró el coche hacia la derecha para entrar en la vía y lo condujo a alta velocidad por la Avingunda Colón, saltándose todos los semáforos. Al llegar a la estatua de Colón, volvimos a subir por la Rambla. A mitad de la altura de ese emblemático paseo de Barcelona, cruzamos la zona peatonal con nuestro vehículo para llegar a una de las travesías perpendiculares de esa conocida calle de la ciudad condal.
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El único hombre vivo de Mario Gómez Giménez
Vídeo tras vídeo, Eva y Miquel perdieron un poco la noción del tiempo. Parados en el colapso de la autovía. La incredulidad del momento los tenía con la mirada pegada a los móviles y a los portátiles, y poco les importaba estar retenidos en la autovía sin poder avanzar. De hecho, comenzaba a amanecer.
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El único hombre vivo de Mario Gómez Giménez
Costaba poner los pensamientos en orden, recapitular o pensar el por qué de algunas cosas recién vistas. Seguía esperando despertar en la cama de mi dormitorio. Pero no era así. La sacudida del furgón al arrancar a toda prisa me devolvió a la realidad.
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El único hombre vivo de Mario Gómez Giménez
La verdad es que ambas historias eran terroríficas. Si estuviéramos en un bosque de noche, alrededor de una fogata, serían historias de miedo dignas de contar. Pero era real, jodidamente real. |
El único hombre vivo de Mario Gómez Giménez
Me parecía increíble. Y, a pesar del miedo y la confusión que comencé a tener, más enganchado estaba a la radio. Supuse que todos tenemos, en el fondo, una parte morbosa que nos pide, cada vez, oír y saber más, por mucha tensión que tengamos.
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El único hombre vivo de Mario Gómez Giménez
Pero entonces, cuando me miró. Me acojoné. Parecía una película de terror. Los muertos volvían a la vida y no sabía qué hacer ni qué pensar.
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Gregorio Samsa es un ...