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Quién de nosotros de Mario Benedetti
Es cierto que el mundo rebosa de vulgares, pero no de vulgares que se reconozcan como tales.
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La tregua de Mario Benedetti
Porque murió es la palabra, murió es el derrumbe de la vida, murió viene de adentro, trae la verdadera respiración del dolor, murió es la desesperación, la nada frígida y total, el abismo sencillo, el abismo.
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La tregua de Mario Benedetti
Tal vez no me apartaría ni un milímetro de mi centro de sinceridad, si le dijera que lo que estoy buscando denodadamente es un acuerdo, una especie de convenio entre mi amor y su libertad.
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Primavera con una esquina rota de Mario Benedetti
Después de estos cinco años de invierno nadie me va a robar la primavera la primavera es como un espejo roto pero el mío tiene una esquina rota/ era inevitable no iba a conservarse enterito después de este quinquenio más bien nutrido/ pero aun con una esquina rota el espejo sirve la primavera sirve . |
La tregua de Mario Benedetti
... el tiempo corre, lo dejemos o no, el tiempo corre y la vuelve a ella cada día más apetecible, más madura, más fresca, más mujer, y en cambio a mí me amenaza cada día con volverme más achacoso, más gastado, menos valiente, menos vital...
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La tregua de Mario Benedetti
¿Qué he hecho de mi vida? es una pregunta que suena a Gardel o a Suplemento Femenino o artículo de Readers Digest
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La tregua de Mario Benedetti
Desde mañana hasta el día de mi muerte, el tiempo estará a mis órdenes. Después de tanta espera, esto es el ocio. ¿Qué haré con él?
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Andamios de Mario Benedetti
Por otra parte, hoy los padres les dan a sus chicos tanta autonomía que, aunque suene a paradoja, los hace sentirse esclavos de esa libertad. Están obligados a liberarse de cualquier cosa, no saben bien de qué. No hay nada a conquistar. Para qué trabajar si trabajan los veteranos. Para qué estudiar si cuando culminan la carrera no hay quien les dé trabajo. Nada justifica la frivolidad, pero debe reconocerse que en esa trama la frivolidad es una tentación.
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La tregua de Mario Benedetti
A veces me siento desdichada , nada más que de no saber qué es lo que estoy echando de menos .
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La tregua de Mario Benedetti
A veces hacíamos cuentas . Nunca alcanzaba . Acaso mirábamos demasiado los números , las sumas , las restas , y no teníamos tiempo de mirarnos nosotros .
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La tregua de Mario Benedetti
Ella me daba la mano y no hacía falta más. Me alcanzaba para sentir que era bien acogido. Más que besarla, más que acostarnos juntos, más que ninguna otra cosa, ella me daba la mano y eso era amor.
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La tregua de Mario Benedetti
Acaso mirábamos demasiado los números, las sumas, las restas, y no teníamos tiempo de mirarnos nosotros.
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La tregua de Mario Benedetti
Antes de empezar a olvidarse , tiene que acordarse , que empezar a acordarse .
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La tregua de Mario Benedetti
Creo que el obstáculo más insalvable era que no nos sentíamos capaces de comunicarnos. Él me exasperaba; yo lo exasperaba. Posiblemente me quisiera, vaya uno a saberlo, pero lo cierto es que tenía una habilidad especial para herirme.
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La tregua de Mario Benedetti
Tengo la horrible sensación de que pasa el tiempo y no hago nada y nada acontece, y nada me conmueve hasta la raiz.
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La tregua de Mario Benedetti
Ella me daba la mano y no hacía falta más . Me alcanzaba para sentir que era bien acogido . Más que besarla , más que acostarnos juntos , más que ninguna otra cosa , ella me daba la mano y eso era amor .
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La tregua de Mario Benedetti
Acaso Dios tenga un rostro de croupier y yo sólo sea un pobre diablo que juega a rojo cuando sale negro, y viceversa.
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“La beso, a ella la beso, y no soy hipócrita. La beso como podría morderla, y a veces la muerdo, o comérmela y masticarla y digerirla. Porque hay una desesperada necesidad, casi diría una obligación, de marcar al otro, a la otra, aunque sea con los dientes, y aunque alguno de estos sea postizo. Dejar una marca propia es cosa de vida o muerte, o de muerte solamente, porque la intención subterránea es pasar la muerte, es seguir existiendo después del fin. Y a esos efectos tanto sirve la existencia de un hijo como la de una cicatriz. Después de todo, también el hijo es una cicatriz. Buena definición para proponer a la Academia. Hijo: cicatriz de amor.”