Las manos tan pequeñas de Marina Sanmartín
Una vez leí que algunas mujeres, ajenas a la influencia de milenios de dominio masculino, consideran su mayor libertad la posibilidad de escoger a su verdugo, de decidir quién debe suministrarles a lo largo de toda una vida pequeñas dosis de un maltrato sutil e inconsciente, que las relegue a un segundo plano y las condene a una moderada sumisión.
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