Legend de Marie Lu
Se sienta a mi lado, me desabrocha los dos botones de abajo de la camisa y levanta la tela hasta dejar al descubierto el vendaje de mi cintura. Su piel roza la mía y hago un esfuerzo por centrarme en observar sus manos. Se lleva una a la bota y saca lo que parece un cuchillo de cocina (mango plateado sin decoración, filo romo, usado muchas veces para cortar cosas más duras que la tela). Posa una mano en mi estómago. Aunque tiene los dedos callosos, su toque es tan delicado que noto cómo se me encienden las mejillas. —No te muevas —murmura. |