Nuestra parte de noche de Mariana Enríquez
Le tomó la cara entre las manos, se agachó para mirarlo a los ojos y le acarició el pelo, la caja estaba en el suelo, entre los dos, y le dijo tenés algo mío, ojalá no sea maldito, no sé si puedo dejarte algo que no esté sucio, que no sea oscuro, nuestra parte de noche.
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