Cuaderno de campo de María Sánchez Rodríguez
Todos los animales que he alimentado como los hijos que no tengo, porque ya sabe, yo soy un vientre vacío, mamá y no soporto que escribáis sobre vísceras y venas sin haberlas tocado: hablo de tener las manos ardiendo y empapadas de sangre, hablo de los últimos movimientos y de lo caliente que está un cuerpo antes de marcharse. hablo de saber señalar en el mismo órgano moribundo el dolor exacto, el agujero recién nacido. |