Puerto escondido de María Oruña
Se preguntó qué sensación tendría mañana, a la misma hora, sentado en aquel mismo porche: ¿qué secretos descubriría hoy, qué miserias calladas tendrían que hablar por fin? ¿O todo seguiría manteniéndose bajo un velo de misterio y de silencio, dejando que sus propios diablos se cebasen con él, que vivía en el reino de los que ya se arrastran?
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