Si las princesas hubieran usado Tinder de María Monrabal Pacheco
Nos gusta pensar que somos nosotros quienes dirigimos nuestra vida. Que somos quienes llevamos el timón escogiendo un rumbo. Supongo que eso da menos miedo que tener que aceptar que, de repente, y sin esperarlo, puede llegar cualquier ciclón imprevisto que redirija nuestra ruta y nos deje sin previo aviso navegando en océanos desconocidos.
|