La fragilidad de un corazón bajo la lluvia de María Martínez
La vida es así. Impredecible. Cambiante. Somos pequeños planetas sujetos a la fuerza de atracción. Una fuerza condicionada por tantos factores que, si uno solo se altera, nuestra órbita puede cambiar y llevarnos muy lejos sin que podamos hacer nada para evitarlo.
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