Tú y otros desastres naturales de María Martínez
Había sacrificado grandes cosas por nada. Había estado persiguiendo un imposible, incapaz de entender que el amor no se puede forzar ni ganar como si fuese un premio al esfuerzo o al buen trabajo. Ni siquiera el de un padre. El amor es algo que nace en el corazón. No lo dicta la sangre ni el ADN. Es impulsivo, ilógico y visceral. Y que a veces, simplemente, no te quieren. |