Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar
Mucho me costaría vivir en un mundo sin libros, pero la realidad no está en ellos, puesto que no cabe entera.
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Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar
Mucho me costaría vivir en un mundo sin libros, pero la realidad no está en ellos, puesto que no cabe entera.
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Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar
Tener razón demasiado pronto es lo mismo que equivocarse.
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Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar
Mi versatilidad me era necesaria; era múltiple por cálculo, ondulante por juego. Caminaba sobre la cuerda floja. No sólo me hubieran hecho falta las lecciones de un actor, sino las de un acróbata.
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Fuegos de Marguerite Yourcenar
Empujada por la cohorte de sus antepasados, se desliza por aquellos pasillos de metro, llenos de un olor animal, donde remos y vagones se hunden en el agua espesa de la laguna Estigia, donde los raíles relucientes sólo proponen el suicidio o la partida.
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Fuegos de Marguerite Yourcenar
el jugo de su corazón nos ponía las manos pegajosas, como en época de vendimias.
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Fuegos de Marguerite Yourcenar
Deshice mis cabellos como para tapar mejor la desnudez de mi culpa; vacié ante él el frasco de mis recuerdos.
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Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar
Lo que yo era capaz de decir ya está dicho; lo que hubiera podido aprender ya está aprendido. Ocupémonos ahora de otras cosas.
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Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar
La novela devora hoy todas las formas: estamos casi obligados a pasar por ella; este estudio sobre la suerte de un hombre que se llamó Adriano hubiera sido una tragedia en el siglo XVII y un ensayo en el Renacimiento.
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Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar
Retrato de una voz. Si decidí escribir estas Memorias de Adriano en primera persona, fue para evitar en lo posible cualquier intermediario, inclusive yo misma. Adriano podía hablar de su vida con más firmeza y más sutileza que yo.
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Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar
Cuando los dioses ya no existían y Cristo no había aparecido aún, hubo un momento único, desde Cicerón hasta Marco Aurelio, en que sólo estuvo el hombre.
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Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar
[…] olvidaba que en todo combate entre el fanatismo y el sentido común, pocas veces logra este último imponerse.
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Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar
La memoria de la mayoría de los hombres es un cementerio abandonado donde yacen los muertos que aquellos han dejado de honrar y de querer. Todo dolor prolongado es un insulto a ese olvido.
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Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar
El verdadero lugar de nacimiento es aquel donde por primera vez nos miramos con una mirada inteligente; mis primeras patrias fueron los libros.
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Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar
No es indispensable que el bebedor abdique de su razón, pero el amante que conserva la suya no obedece del todo a su dios.
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Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar
Pero de todos modos he llegado a la edad en que la vida, para cualquier hombre, es una derrota aceptada.
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Fuegos de Marguerite Yourcenar
No hay amores estériles. Y es inútil tomar precauciones. Cuando te dejo llevo dentro de mí el dolor, como una especie de hijo horrible.
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Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar
Dudo de que toda la filosofía de este mundo consiga suprimir la esclavitud; a lo sumo le cambiarán el nombre. Soy capaz de imaginar formas de servidumbre peores que las nuestras, por más insidiosas, sea que se logre transformar a los hombres en máquinas estúpidas y satisfechas, creídas de su libertad en pleno sometimiento, sea que, suprimiendo los ocios y los placeres humanos, se fomente en ellos un gusto por el trabajo tan violento como la pasión de la guerra entre las razas bárbaras. A esta servidumbre del espíritu o la imaginación, prefiero nuestra esclavitud de hecho.
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Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar
La enfermedad nos hace sentir repugnancia de la muerte,y queremos sanar, lo que es una manera de querer vivir.
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Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar
Hay más de una sabiduría, y todas son necesarias en el mundo;no está mal que se vayan alternando.
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¿A quien baila Raquel en la fiesta en la casa de los hidalgo?