La chaise-longue victoriana de Marghanita Laski
La chaise-longue victoriana estaba apilada al revés en la cima de una montaña de muebles, con sus desgarbadas patas rasgando el aire como una oveja sin esquilar que se hubiera caído de espaldas, y los ricos bordados de color granate de su parte inferior cayendo como un dosel sobre el aguamanil con acabado de mármol que estaba sobre la mesa redonda de caoba.
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