Lady Mary de Margaret Oliphant
La embargó la extraña sensación, extremadamente sutil e indescriptible, de que había una presencia en la habitación. No vio ni oyó nada, pero aún así, sentía que allí había alguien.
|
Calificación promedio: 5 (sobre 25 calificaciones)
/
Lady Mary de Margaret Oliphant
La embargó la extraña sensación, extremadamente sutil e indescriptible, de que había una presencia en la habitación. No vio ni oyó nada, pero aún así, sentía que allí había alguien.
|
La puerta abierta de Margaret Oliphant
Y sin embargo, quedaba aquella puerta, abierta y vacía, expuesta a los vientos, a los conejos, y a las criaturas salvajes. La primera vez que llegué a Brentwood me emocionó, como si fuera un melancólico comentario de una vida que se fue para siempre. Una puerta que conducía a la nada -una puerta que alguna vez fue cerrada precipitadamente y sus cerrojos echados con cautela-, ahora vacía también de todo significado.
|
Una ciudad asediada de Margaret Oliphant
Vos pensáis que todo es oscuridad en Semur. M. le Marie, os aseguro que no es así. Las tinieblas envuelven las murallas como una mortaja, pero en el interior, poco después de que partieran los vecinos comenzó a brillar una luz suave y maravillosa, que no era la del sol ni la de la luna. Y al igual que desapareció la oscuridad, con el tañer de las campanas también quedó atrás el silencio.
|
La puerta abierta de Margaret Oliphant
Hay movimientos y sonidos en la naturaleza perfectamente comprensibles, como el crujido de las pequeñas ramas en la escarcha, o la gravilla del sendero, que a veces producen un efecto tan fantástico que uno se pregunta intrigado quién lo ha producido; pero esto sucede cuando no hay un verdadero misterio. Les aseguro que estos efectos son incomparablemente más turbadores cuando se sospecha que hay algo. Yo distinguía y comprendía aquellos sonidos; pero no comprendía el susurro. No era una simple manifestación de la Naturaleza; había una intención, un sentimiento... el espíritu de una criatura invisible.
|
La puerta abierta de Margaret Oliphant
"It was getting dark by the time I went out, and nobody who knows the country will need to be told how black is the darkness of a November night under high laurel bushes and yew-trees. I walked into the heart of the shrubberies two or three times, not seeing a step before me, till I came out upon the broader carriage-road, where the trees opened a little, and there was a faint grey glimmer of sky visible, under which the great limes and elms stood darkling like ghosts; but it grew black again as I approached the corner where the ruins lay".
|
La ventana de la biblioteca de Margaret Oliphant
Di por sentado que era una ventana como cualquier otra hasta que escuché por primera vez lo que sucedía en el salón.
|
La puerta abierta de Margaret Oliphant
Ahora ya no había ninguna estancia a la que entrar, pues la despensa y la cocina habían sido totalmente barridas de la existencia....Y, sin embargo, quedaba aquella puerta, abierta y vacía, expuesta a los vientos, a los conejos y a las criaturas salvajes
|
La ventana de la biblioteca de Margaret Oliphant
Era hechizante, a veces me daba miedo, y traía todo tipo de pensamiento extraños, y siempre sentía que si solo tuviéramos algo más de visión podríamos ver gente hermosa caminando por ahí, gente que no es de nuestro mundo
|
Una ciudad asediada de Margaret Oliphant
El mundo nunca será muy distinto a como es ahora. Mientras haya ángeles como vos que cuiden de nosotros, la balanza no se inclinará hacia el lado malo.
|
La puerta abierta de Margaret Oliphant
[…] ¿quién querría convertirse en el hazmerreír de toda la comarca, haciendo averiguaciones sobre un fantasma? Nadie cree en fantasmas.
|
¿Cuál es el desayuno favorito de Eleven?