La semilla de la bruja de Margaret Atwood
Nunca ha querido que Miranda se dedique al teatro. Es una vida demasiado difícil, demasiado dura para el ego. Hay tantos rechazos, tantas decepciones, tantos fracasos. Se necesita un corazón de hierro, una piel de acero, la voluntad de un tigre, y más siendo mujer.
|