Meditaciones de Marco Aurelio
Aunque debieras vivir tres mil años y aun diez veces otros tantos, acuérdate siempre que no se pierde otra vida que la que se vive y que sólo se vive la que se pierde. Así, la más larga vida y la más corta vienen a reducirse a lo mismo. El momento presente que se vive es igual para todos; el que se pierde, lo es también, y este que se pierde llega a parecernos indivisible. Y es que no se pierde el pasado ni el futuro; pues lo que no poseemos, ¿cómo podría arrebatársenos?
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