La parte de Guermantes de Marcel Proust
Por fin, los paseantes llegaban, no por delante de mí, como me había figurado, sino muy lejos, a mi espalda. Fuese que los cruces de calles, la interposición de las casas hubiera causado por refracción este error de acústica, o que sea muy difícil situar un sonido cuyo lugar no nos es conocido, me había equivocado, así en la distancia como en la dirección
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